En 1939, la comisión encargada de llevar a cabo la propuesta de creación de un banco central hizo entrega de una propuesta de ley ante el Congreso de la República, en la cual se autorizaba la creación del de un instituto autónomo bancario nacional, con el fin de regular la circulación monetaria y el crédito, también para evitar fluctuaciones de la moneda; la misma debía asumir la función de regular y vigilar el comercio de oro y divisas. Se establecieron, entonces, las bases legales para el funcionamiento del Banco Central de Venezuela y a lo largo de estos ochenta años, los venezolanos hemos asistido a una economía de carácter centralista con fuerte presencia del Estado en asuntos financieros.